viernes, 9 de diciembre de 2011

Capítulo 3:Los Informes


Julián se levantó de repente de la taza del váter.Una rápida arcada recorrió su tráquea, llegando segundos después a su malvivida boca, que llevaba meses soportando ese tipo de ataques desagradables.Otra vez más, su cuerpo le recordaba cuanto le quedaba de vida.Desde que empezó todo el tema de la carta casi no recordaba lo que era aquella sensación, puesto que su cuerpo le había dejado casi un mes en paz.Pero de nuevo regresaban.
"¿Estás bien?"- Dijo alguien al otro lado de la puerta
Indudablemente, aquel alguien era el señor Montaña, pues este era el único que se permitía el lujo de tratar al inspector de "tu".El inspector odiaba las cercanías laborales que su amigo tenía con él, pues creía que podía crear síntomas de favoritismos en la comisaría.Se lo había decho en reiteradas ocasiones, pero este nunca le hacía caso.
"Si, gracias Montaña"- le respondió "El inspector amablemente"
Posteriormente, apoyó sus brazos sobre la gélida tapa del váter y antes de poder levantarse, una nueva carcajada volvió a recorrer su cuerpo enfermo.
Nada más salir del baño,regresó a su despacho, esta vez con el ayudante Montaña
Cerró la puerta de nuevo, bajó las persianas y comenzó a hablar:
-Señor Montaña, tengo algo que confesarle-Dijo el inspector
-¿De que se trata?-Respondió
-Hace un mes, llegó al buzón unos documentos altamente prometedores.Se trata de un peligroso caso.Pero no puedo recurrir a la policía nacional.¿Puedo confiar en usted?
-Claro que si, usted ya lo sabe
-Lea, hágame el favor.Necesito ayuda con esto.
Montaña leyó atentamente durante un par de minutos.La expresión de su cara, tras leer primero la carta y luego los primeros informes.Al llegar a un punto, se detuvo y dijo:
-Creo que lo primero sería contactar con el remitente
-Si, pero... como, la carta no tenía remite, ni nigún teléfono ni dirección de contacto alguna.....
-¿Tenía un nombre, no?
-Así es, "El campesino", ¿que querrá decir?-Preguntó el inspector
-Empecemos por ahí, busquemos en google.
-Tiene iniciativa, me gusta.Busque en redes sociales, en la wikipedia, en donde sea.Encuéntrelo y hágamelo saber.Tome esta libreta, apunte todo lo que consiga y luego  llameme.
El inspector cogió su  chaqueta y sin decir nada más, salió de aquel despacho
Nada más salir a la calle, una luz le cegó por completo.Por un momento creyó que iba a caer al suelo, presa de la sorpresa por haberse encontrado tal inmensa luz a la vuelta de la esquina, digna de un astro.De echo, era un astro.El sol brillaba con  un resplandor mayor que el de otros días de primavera, es cierto, pero la pincipal causa de su ceguera era, sin  lugar a dudas, las varias horas que llevaba lellendo aquellos papeles a  la luz de aquella cavernosa y centenaria luz de la lámpara.Miró el  reloj.Eran casi las ocho, llevaba doce horas sin poder parar de leer.Se repuso, y ya completamente recuperado de la ceguera, continuó en la procura de  un taxi.Julián había vendido su coche un par de meses antes,  con el inocente fin de comprarse un piso.Aquello sse había convertido en una verdadera pesadilla a la hora de ir a trabajar.La oficina de policía esta a solo 5 minutos a pie de su casa, según los folletos que aquella novata vendedora les había enseñado a él y a ssu mujer, pero sus piernas podían dar constancia que el número allí expuesto no era más que un resultado directamente proporcional a lass ganas que tenían de venderlo.Resumiendo, aquella "inocente" chica de apenas veinte años le había engañado como a cachorillos.
Abrió  la  puerta de su casa.Comprobó que su mujer no estaba en casa "espero  que esta vez sea con el del banco, que  nos están dando bien por culo con la hipoteca"-  Pensó, intentado, sin suerte, esquivar el bajón que suponía el tener que soportar  que tu mujer esté con otros hombres y tener que fingir que no sabía nada. "Soy gilipollas, romanticamente gilipollas"-Pensó
Nada más sentarse en la mesa de la habitación, alguien llamó a la puerta.
Se levantó a abrir, sorprendido.No tenían apenas amigos, por lo menos no que supiesen donde vivía, con lo que aquella llamada, ya pasadas las diez, le inquietó.Abrió la puerta, y en lugar de su amigo Montaña, quien esperaba encontrar, vió tan solo una nota en el suelo.Buscó a su propietario, inquietado.Al no encontrar a nadie, cogió la nota y cerró de nuevo la puerta.Rompió el sobre y se apresuró a leer la misteriosa carta. "Paco Patiño,981815495."
En  ese momento quedó claro de que se trataba.Llevaba tiempo pensando en cual sería el siguiente paso, dando palos de cieego en un caso , sin ayuda de apenas nadie.Antes de llamar, miró en internet.Quería saber con quien trataría. ¿"El campesino",quizá?
Paco  Patiño era un abogado aficionado a la historia, que estaba escribiendo  una novela sobre la guerra civil y los posteriores echos.Se trataba de una novela histórica,  llamada "Memorias de un fusilado".
Julián no entendía que debía tener que ver aquel hombre con su caso, así que decidió llamarle de inmediato.No sabía que le diría, ni siquiera por que le llamaba.Pensaba no decirle nada de la nota,lo que lo complicaba todavía aún más.Era tarde para pensar, pues la secretaria de aquel hombre cogió eel teléfono mas rápido de lo que Julián esperaba.
-Abogados Patiño, que desea?
-Bueno...yo, Paco, el abogado....-Balbuceó julián



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