lunes, 26 de diciembre de 2011

Capítulo 9: La Habitación del Pánico




 Julián se despertó en una especie de habitación sin puertas ni ventanas, sin ningun tipo de contacto con el exterior. Aquel habitáculo, le recordaba a el de una cárcel. Concretamente, excluyendo el color blanco nuclear de las paredes, aquella estancia era bastante similar a las de Guantánamo tendría 2x2 metros, en los que tan solo había un colchón mugriento y un agujero en el suelo, el cual suponía, funcionaba a modo de váter.

 Al despertar Julián se sintió mareado, ausente. Aquello no parecía real. Apenas recordaba  por que estaba allí o que había estado haciendo desde hacía varios días. Las primeras dos horas se las pasó vomitando sobre aquel agujero. Cuando ya llevaba casi ocho horas encerrado en aquel tugurio maloliente, comenzó a recordar. Todo empezó por un fuerte dolor en la pierna, proveniente de aquel trozo de metralla que había impactado contra él el día de su captura. Poco a poco, recordó también la cara de aquel terrible vasco, su intento de huida delante de aquellos terribles perros y como le rodearon y le sedaron. Tras darse cuenta de esto último, sintió temor. Era evidente que no estaba allí por su propia voluntad, y que apenas nadie sabía que se hallaba encerrado. De pronto, en su cabeza apareció la gota que colmó el vaso. Vio la imagen de su mujer, herida en el torso y tirada en el suelo, pidiendo ayuda. Volvió a sentir la angustia de aquellos perros mordiéndole las botas, de los gritos desgarradores de su mujer, de aquella fría jeringuilla en su espalda. Se volvió a marear. Gateó hasta llegar de nuevo al agujero. Tras vomitar de nuevo, se levantó y comenzó a golpear las paredes, pidiendo auxilio. Era consciente de que aquellas paredes debían tener un grosor enorme, y que el vecino más cercano estaba unos 200 metros de aquella habitación. Recordó aquellos golpes en la pared. ¿Donde estaría aquel hombre?¿Sería aquella habitación en la que ahora yacía Julián su última residencia? ¿Seguiría allí, en una habitación contigua a la suya, tan desesperado como él al percatarse de que su última esperanza había caído presa también? Miles de preguntas le rondaron la cabeza, minando su autoestima. Intentaba evitar pensar en lo que pasaría, pensar hasta cuando estaría allí, pues sabía que, en el fondo, ni quería ni podía saber la respuesta. Empezó a  pensar en el confuso devenir de la investigación. ¿Como se había convertido aquel cordial hombre que escribía las cartas en líder de un grupo de asesinos? ¿Que significaban aquellas insignias militares? ¿Y las banderas? Julián se ahogaba en un mar de dudas y la orilla más cercana estaba al otro lado de la pared. Llegó a la conclusión de que dentro de aquella habitación no hallaría respuestas. Durante un largo rato, intentó sin éxito llamar la atención mediante golpes y gritos. A continuación, se rindió. Se tiró exhausto sobre el incómodo colchón y se quedó dormido.
 Diario de prisión, 
Día 1 02:48 
Nunca he creído en escribir un diario. Pero aquí dentro los días pasan muy lentos. Ya llevo 72 horas aquí y nada mejora. Por lo menos, me han dado de comer. Esperaba ver el hueco por el que me han metido la comida, suponiendo que ese sería la forma más fácil de escaparme, pero no he podido.Han esperado a que me durmiese para entrar.Es evidente que me vigilan.No se si habrá una cámara.He estado intentado tapar cualquier hueco por el que pudieran estar observándome, pero no se si funcionará.La verdad es que me siento como un judío en pleno holocausto.Espero que este diario me ayude a evitar volverme loco, pues la cosa no está fácil.Mi vieja libreta apenas tiene 60 hojas tamaño A6, así que espero que vengan a por mi pronto.Estamos a domingo, cuando mañana no me presente a trabajar espero que mis superiores den la voz de alarma.No tengo otra familia que mi mujer, prisionera, pues mis padres no se alarman cada vez que no contesto al teléfono, pues decir que nos vemos una vez al mes es pecar de exagerado.Definiivamente, mis superiores son los únicos que pueden anunciar mi desaparición.Y con lo mal que le caigo a esos cabrones, lo mismo ni lo hacen.Como echo de menos una buena botella, de lo que sea.A este paso creo que me bebería aquella botella de clorhídrico.Estoy cansado, son casi las tres y aún no me han traido la comida.Es evidente que no piensan mostrarme por donde la meten.Voy a dormir un rato y mañana espero poder comer algo.
  Día 2, 6:45 
Los horarios esta mierda no son precisamente ideales.Quería despertarme pronto, para intentar comer caliente, pero la verdad dudo que alguien se moleste en calentar algo.El plato único era una especie de crema de calabacín, siendo positivos.Tenía una pinta horrible, pero es la única comida diaria he intento aprovecharla.En total, llevo ya 76 horas aqui dentro.Lo que daría ahora miso por una ducha fresca, pero no puedo permitirme desperdiciar el agua, pues solo me dan medio litro diario.De todos modos, almaceno un poco cada día, así si estoy aqui un largo periodo, podré ducharme aunque sea una vez.Cada vez que pienso que posiblemente muera aqui, sin que nadie se de cuenta, me desmoralizo. Estoy intentando establecer unas "normas de convivencia conmigo mismo".Cada media hora empiezo a hacer ruido durante unos cuatro o cinco minutos, intentando que alguien me escuche.Por ahora nadie a respondido.Ahora recuerdo varios diarios famosos y conmovedores, como el de Ana frank o Jacques Fesch.Ninguno de los dos fue nunca de mi estilo, pero su situación histórica en el primero y su grandeza literaria en el segundo les hicieron famosos.Si algún día encuentran esto, junto a mi cadáver, caerá olvidad.Esta estancia me está sirviendo, curiosamente, para recordar grandes obras literarias que una vez leí.Ya que hablamos de diarios, mencionaré uno, el diario de Tatiana Sávicheva un libro que pese a tener solo una decena de palabras, conmovió al mundo entero.Mostraba la dureza de la guerra simplemente con una página.El diario, escrito por una niña de más de ocho años, mostraba una frialdad digna de un forense al relatar simplemente el día, la hora y la causa de la muerte de cada uno de sus familiares, sin ninguna connotación sentimental.El diario concluye con una sencilla frase, "ahora solo quedo yo".Ana frank necesitó 300 páginas para conmover solo la mitad que Tatiana.Aunque ahora que lo pienso, no sé que hago conmoviéndome con las penas de los demás, como si no tuviera bastante con estar aqui encerrado.Son las 7, voy a hacer mi ejercicio diario.Si todo va "bien", escribiré dentro de un par de horas
  Día 2, 15:22
He podido hablar con mi mujer.Estoy preocupado por ella.Al golpear una de las paredes, ha contestado.Hemos hablado un poco mediante morse, pero es muy lento y engorroso.Le he dicho que me avise de todo lo que pasa, pues desde su habitación parece poder escuchar lo que pasa fuera.Ahora que no estoy solo me siento distinto.Por un lado, estoy contento de no estar solo aqui dentro, pero por otro, estoy preocupado por ella.Su herida del costado tenía muy mala pinta.Apenas pude verla un segundo mientras corría, pero ha dicho que le duele a horrores y casi no se puede mover.Le he dicho que se la tape muy bien, caer enfermo aqui sería sinónimo de morir.Empiezo a quedarme sin tinta del boli.A estas horas, mis superiores se habrán dado cuenta de que Montaña y yo no estamos, y espero que en breve empiecen a buscarnos.
Día 3. 00:13
 Eran las once y media cuando me he despertado, sobresaltado.Se oyen disparos.He empezado a golpear como un loco las paredes, vienen a por nosotros.O por lo menos, eso creo.El problema es que mientras el tiroteo siga, es evidente que no habrá, nadie vendrá a auxiliarnos y mi mujer está cada vez peor.La herida de su pierna parece tener, por la forma en que ella la describe, una pinta horrorosa. Empiezo a tener un hambre terrible. Aunque claro está, que si ese el irrisorio precio de la libertad, no tendré ningun problema en pagarlo.Le he dicho a mi mujer que haga mucho ruido.Si se van sin nosotros, es evidente que no volverán.Al principio solo se oían armas cortas, pero conforme han ido pasando los minutos, creo haber oido alguna AK e incluso algona M16. No es que sea un esperto en armas ,desde luego, pero creo que se diferenciar los potentes disparos del arma reglamentaria soviética con la joya de los yankiees.Creo que hasta un sordo podría.Desde luego, esto no me suena a la policía.Es verdad que los cuerpos especiales tienen fusiles de asalto, pero desde luego no son AK.Estoy empezando a temer que se trate "solo" de un ajuste de cuentas, y que por lo tanto,  nadie vendrá a por nosotros.








No hay comentarios:

Publicar un comentario