miércoles, 15 de febrero de 2012

Capítulo 18:Vacío Mortal

Julián buscó a su alrededor algo que poder usar de marcador.Acto seguido, se acerco a Fidel, responsable de las tropas españolas que participaban en aquella operación, incluido él.Ahora estaba bajo mando militar, era consciente.Aquel hombre no organizaría una misión de rescate por él si algo salía mal, era consciente.Ya no estaba bajo el mando de González, quien parecía alabarle, si no bajo el yugo de un militar con cara de pocos amigos.Al ver que se acercaba, el militar le dirigió una mirada desafiante, como si de alguna manera marcase su territorio.Julián entendió perfectamente aquella señal, pero prosiguió, después de todo, aquel militar era de los suyos:

-¿Es usted Fidel, el responsable de la defensa de Ucrania, no es así?
-Si, soy Fidel Ibañez, responsable de la misión "Árbol caído".Por favor, evite hablar de términos que puedan inquietar a la población.Los nombres en clave son siempre cruciales para ocultar la infromación, independientemente del idioma.Desafortunadamente para la rama militar, el español es el tercer idioma más hablado del mundo.
-Está bien señor Ibañez.Querría hacerle una pregunta.A decir verdad, todo esto me  parece un poco absurdo.Es decir, ¿por que Chernóbil?¿Por que han usado a un amigo mio como cebo?¿cual será mi papel en la misión "árbol caído"?¿Que magnitudes tiene dicha misión?
-En teoría, esa información es confidencial.Pero con usted haré una excepción, sígame.

Ibañez se levantó de su asiento y se dirigió a la parte trasera del avión.Por el camino, Julián pudo percibir perfectamente la inquietud en las caras de los diferentes soldados españoles que iban a participar en aquella operación.Algunos se entretenía leyendo o escuchando música, mientas los que parecían más noveles, se esforzaban por comprobar una y otra vez que sus equipos estuviesen en perfecto estado.Comprensible, pensó.Cuando estás a punto de jugarte el cuello, lo menos deseable sería que se te encasquillase el arma.

Al final del pasillo, una puerta de caoba daba acceso a un despacho cerrado.No era demasiado lujoso, acorde con el resto del avión, salvo por el echo de la infinidad de medallas y trofeos que adornaban las paredes.Pero no eran todas de la misma persona ni de la misma unidad.Ni tan siquiera eran todas al mérito militar.

-Bonitas condecoraciones.Supongo que es usted de alto rango, ¿no es así?-Preguntó Julián, que había podido apreciar que, mientras aquel hombre parecía saberlo todo sobre él, Julián hacía apenas unos minutos que había conseguido averiguar su nombre.

-Tonterías.Son solo trozos de metal.Solo sirven para imponer sobre los subordinados.Tengo una medalla por participar en una misión de asesinato a Putin, justo después de que nos traicionase.Obviamente, la misión fracasó.Pero pudimos encubrirlo todo de tal forma que hizo imposible que los servicios de inteligencia rusos nos detectasen, pese a que el propio Putin sabía perfectamente que éramos culpables.Y en realidad, yo no hice nada.Vociferé un par de órdenes, pero nunca estuve al pié del cañón.
Les dediqué el premio, pero eso no sirvió de nada.Sigue llevando mi nombre, y para nada me libra del cargo de conciencia que supuso traicionar a uno de los nuestros.Tenía que haber un culpable, o no pararían hasta encontrarlo, aunque fuese falso.E insisto, ese peso genocida que asalta cada noche mi cráneo no se solucionará por un trozo de metal.

-Buena forma de verlo.A decir verdad, nunca estuve muy de acuerdo con todo ese sistema de escalafones del ejército.Pero sigue sin contestarme a mi pregunta.¿Cual es su rango?

-Veo que no se da por vencido, Inspector.¿Puedo seguirle llamando así?

-No nunca me doy por vencido.Y en cuanto a su pregunta, estoy impresionado.Veo que se ha informado bien antes de autorizar mi entrada en esta misión.Siempre preferí que me llamasen así.Me siento bastante incómodo siendo Julián, pero me temo que ahora no soy nada más que eso.

-Siempre me informo antes de permitirle a nadie que se ponga bajo mi mando.Deben de  estar preparados, pero ante todo, han de ser fieles.Y dígame, ¿por que odia su nombre?

-Creía que era yo el que hacía las preguntas aquí.No creo que le interese mi historia personal.

-En absoluto, era pura cortesía.Respecto a mi rango, le diré que es también confidencial.Pero al ser usted una petición expresa de mis superiores, supongo que deberé contestarle.Los rangos no son equivalentes a los del ejército español.Se rigen más bien como los cargos civiles.Soy el responsable de europa del este, uno de los sectores más importantes de todo el globo.

-Excelente, veo que mi insistencia ha servido para algo.Y siguiendo con mi ronda de preguntas, ¿que pinta chernóbil en todo esto?

-Sabemos que en Chernóbil existe un silo de misiles nucleares.Creemos que la catástrofe de Chernóbil fue provocada por el Gobierno Americano para evitar que esos misiles pudiesen ser disparados desde Moscu.Creemos que es eso lo que buscan: Cabezas Nucleares. ¿Se lo imagina?.Una organización con objetivos más perversos que Al-Quaeda y con cabezas nucleares en su poder, es una locura.

-Y según esa teoría, ¿por que no las ha recuperado ya el gobierno ruso?

-Verá, cuando la URSS fue disuelta, se quemaron todos los informes tanto políticos como militares para evitar filtraciones.Era una de las cláusulas imprescindibles.Durante la época soviética se cometieron crímenes, como en todo régimen.Nadie estaba dispuesto a pagar con crímenes de guerra los objetivos.No se sabe donde están esos misiles, tan solo hay leyendas de soldados rasos que patrullaban la zona

-¿Y los militares?La memoria no se puede borrar, hasta donde yo se.La mayoría se los llevaron a la tumba,y los que todavía viven, no son lo bastante idiotas como para decirlo.

-Y mi amigo, el señor Montaña, ¿que pinta en todo esto?

-A decir verdad, eso se nos escapa.Al principio pensábamos que era para atraerle a usted, pero hoy por hoy a quedado claro que no es así.No se ofenda, pero no es usted tan importante.

-Entiendo, ¿cual será mi misión en la operación "Árbol Caído"?

-Verá, he accedido a traerle a Ucrania bajo mi mando por una petición personal, y para nada por una orden.Pero no pienso enviarle al campo de batalla.Busque a su mujer, que me han dicho que es lo que viene ha hacer.Del resto nos encargaremos nosotros, le traeremos sano y salvo a su amigo, se lo prometo.


-Está bien, me quedo más tranquilo.Gracias de nuevo, Ibañez.

Julián regresó de nuevo a su asiento y reabrió el libro que González le había cedido.Sabía que tras aquellas páginas debía de haber algo que le incumbía, he iba a descubrirlo.Nada era por que sí, eso lo tenía claro.

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